domingo, 26 de noviembre de 2006

EL LENGUAJE DE LAS MIRADAS


Anoche, junto con un amigo que llegaba de viaje, se me antojó aterrizar en una de las discotecas gay más conocidas de Lima. El centro de Miraflores estaba tranquilo, hasta que llegamos a la puerta de la disco donde todo cambió. Una larga fila de chicos y chicas ávidos de disfrutar la noche intercambiaban miradas de todo tipo, tímidas, audaces, sensuales, cómplices, todo ello en medio de una especie de angustia por llegar a la pista de baile y entregarse al desenfreno de la música. No hice la cola, detesto formar parte de ellas. Preferí dar una visita a algún bar cercano, beber unos tragos y luego retornar cuando la dichosa fila hubiese desaparecido. Y así lo hicimos. Luego de impregnar nuestro organismo de algunas pequeñas gotas de alcohol volvimos al lugar donde “todo vale” y por suerte la fila ya había desaparecido.
Al entrar, uno puede darse una primera impresión de estar llegando a una especie de gheto gay donde por unas horas, durante una noche, algunos pueden dejar de lado las máscaras y ser lo que realmente son.
Siempre he creído que pretender “ser” lo que uno “no es” constituye un camino directo hacia la auto destrucción, que ocultar nuestra forma de ser es la manera mas burda de mentirse a uno mismo y permitir que nuestra vida se construya sobre la mentira y el engaño. Cuando se es gay estas situaciones se presentan con mayor frecuencia, llegando incluso a generarse una conducta que pondría ser calificada como de auto exclusión.

Aquellos que piensan que solo pueden sentirse “ellos mismos” o sentirse “realizados” en una discoteca de ambiente por ser precisamente “de ambiente” a mi criterio incurren en esa conducta: se autoexcluyen. ¿Porqué necesariamente se debe de recurrir a una discoteca gay para sentirse a gusto?, ¿Porqué necesariamente requerimos de la “complicidad” del grupo para no sentirnos “vichos raros” frente a los demás?.

Sería insulso de mi parte el no tener en cuenta que en una sociedad como la nuestra las actitudes “distintas” no son fáciles de aceptar y que muchas veces existen intolerancia frente a la forma de ser de los demás, sobre todo cuando esas conductas causan extrañeza, pero también considero cierto que mientras se permanezca escondido bajo la mesa, nunca se podrá generar el cambio social necesario para que llegue el día en que a nadie le interese con quien uno se acuesta o cual es su gusto sexual


Anoche en plena discoteca los cuerpos de chicos y chicas en una especie de transe de entrega a la música se movían sin parar. Algunos concentrados en sus acompañantes, otros en búsqueda de algún amigo eventual con quien compartir la noche, otros en actitud de espectadores con algún trago en la mano observando la a movida de la noche.
En medio de esta variedad de situaciones, un denominador común: las miradas. Soy un convencido de que con una mirada se puede transmitir emociones, deseos, ideas, sentimientos y estos también pueden ser decodificables por otra persona. ¿Quién no se ha topado con una mirada de extrañeza, de sorpresa, de deseo, de angustia o de temor en algún momento de su vida?. Basta una mirada en plena diversión nocturna para adivinar si el titular de la misma es una persona atrevida, tímida, decidida, cautelosa, insegura, emotiva, sexy o si es que se encuentra en plena faena de caza.

En noches de discoteca, luego de comunicarse por el lenguaje inicial de las miradas, algunos podrán hallar satisfacción a sus deseos carnales, iniciar ilusiones momentáneas, toparse con grandes desilusiones, entregarse a los brazos del alcohol o simplemente pasarla bien bailando durante toda la noche.
Hay de todo y para todos los gustos. Lo cierto es que las discotecas de “ambiente “ de Lima seguirán existiendo, constituyéndose como los lugares donde la libertad tiene un real significado para aquellos que no pueden expresar su sentir a los cuatro vientos con total facilidad, hasta que llegue el momento en que nuestra sociedad cucufata deje de provocar en algunas personas auto exclusiones innecesarias que en nada contribuyen a construir un mundo mas justo e igual para todos. Mientras tanto, que sigan las miradas!!

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