miércoles, 15 de noviembre de 2006

LOS SENTIMIENTOS TAMBIEN TIENEN SU ATARDECER



Si doy vuelta atrás y veo como se inició la historia, me convenzo de que lo vivido constituye una de las lecciones más grandes de mi vida. Si vuelvo a reproducir lo que he sentido en esta experiencia llego a la conclusión que cualquier hecho agradable o desagradable me ha brindado mas elementos para seguir caminando.
Cuando llega el atardecer de una relación, no podemos perder el tiempo en lamentos, culpas, llantos o desangramientos. Siempre hay que aprender y seguir aprendiendo.
En mi caso, seria lesivo a mi mismo el tratar de entender el verdadero porque de su conducta. Podría tomar horas, días, semanas tratando de hallar la respuesta a la ya famosa interrogante: ¿Por qué?.
Y quien sabe pues!!. Tal vez nunca sintió algo, tal vez como él mismo escribió en un correo solo “se divertía” conociéndome, o tal vez “alguien” llego a su vida y lo deslumbró. ¿Quién sabe?
Lo que si sé perfectamente es que mi actuar siempre fue limpio, transparente, de entrega total y como dice una muy querida amiga mía fui en esta relación “hasta el fondo”, y bueno, como sucede algunas veces; perdí. Perdí la batalla contra muchos obstáculos que se presentaron. Tal vez no supe expresar adecuadamente mi sentir, tal vez nunca entendió el porque de mis actos. ¿Quién sabe?
Si analizo lo que a vista de cualquiera puede ser una conducta aprovechada, podría comenzar a tener en cuenta ese factor. Lo material, como en muchos casos, estuvo presente confundiendo, turbando, generando dudas sobre lo real de un sentimiento. ¿Pudo ser ello?. ¿Quién sabe?
Lo que si no puedo callar es el sentimiento de haber estado inmerso en un vendaval constante, en el que por más que me esforcé, jamás pude entender el porque de su conducta, de su forma tan “curiosa” de expresar afecto.
¿Es normal en una relación el constantemente pretender menoscabar las cualidades de una de las partes? ¿Es normal en una relación de pareja el jamás llamar por teléfono, escribir un e mail o siquiera enviar una postal de esas electrónicas que hoy en día abundan a la vuelta de la esquina?. No lo se, tal vez sea yo quien tenga “mi particular forma de ver las cosas”, tan particular que casi nadie en el mundo piensa como yo (trato de citar una de sus frases). ¿Quién sabe?
Me pregunto y vuelvo a preguntar: ¿Es posible que un sentimiento expresado y confeso de un “querer” a la pareja se transforme por si mismo de un día para otro en un “oye, recién nos conocemos”?. ¿Es posible pasar de ser la pareja de alguien, manifestarlo abiertamente a todos un día y al otro expresar que “se tiene miedo a la relación y que solo somos amigos cercanos”? ¿Quién sabe?
Tal vez sea yo el que no pertenece al normal de la población y recreo en mi mente formas, ideas y actitudes aplicables a una relación sentimental entre dos personas. Y si ello es así, entonces, es ANORMAL el preocuparse por la pareja, el pretender compartir las cosas que suceden en las vidas de ambos, el estar atento a las necesidades del otro, el buscar dar el máximo de uno mismo por la otra persona. Si eso es ANORMAL, entonces soy anormal. ¿Quién sabe?
Continúo pensando y también transito por la idea de que tal vez él no tiene orden en su cabeza o que por alguna circunstancia particular de su vida tiene la peculiar característica de pretender “querer” a alguien demostrándolo con actitudes hoscas, lesivas al ego del otro, tendentes a disminuir el amor propio de la otra persona para sentirse “superior” e incluso impregnadas de la costumbre de demostrar el supuesto querer con empujones, patadas y golpes a modo de “juego” que según su idea demuestran “cariño”, ¿Quién sabe?
Alguna vez llegó a mis oídos la expresión de una ex pareja suya proferida a una especial amiga mía: ¨Él, esta loco, dijo. Yo ahora pienso, ¿Quién sabe?

¿Es valido retribuir cariño y respeto con indiferencia y actitudes hirientes?, ¿Quién sabe?

Pero, al final de esta historia que felizmente ha llegado a su término, lo que si sé, de lo que si estoy seguro es que la vida nos enseña a las buenas pero también a las malas. Esta vez aprendí por la segunda forma. Y como decía una maestra mía en el colegio hace muchos años: lección dada, lección aprendida.

Hoy atardece una relación que tal vez jamás debió de iniciarse, dejándome importantes enseñanzas, pero sobre todo la certeza de que mientras yo seguiré mi camino con la paz interior de siempre, con plena seguridad de mis actos, aprendiendo de mis errores, conociéndome mucho más a mi mismo y tratando de ser mejor cada día; tal vez por los caminos de alguna costa rica deambulen seres inanimados que nunca podrán hallar en si mismos las respuestas más importantes sobre el motivo de su existencia, nunca sabrán como expresar cariño verdadero y como dijo la misma amiga especial antes citada, solo puedan proyectar en otros la oscuridad de sus almas.

Hoy atardece, pero mañana el sol, invencible volverá a brillar imparable.

Con este post cierro definitivamente la página referida a ti L.F, la elimino del libro de mi vida y la entrego al viento, rogando que otra persona, para su pesar, no la reproduzca en el registro de su propia existencia.

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