lunes, 27 de noviembre de 2006

KEVIN Y MICHAEL

Hace algunos años, una noche de esas en las que uno no tiene mucho por hacer, entré a navegar a la red buscando matar algo de tiempo. Fue así que me encontré con una pagina de chat en vivo que presentaba modelos (chicos y chicas) que a instrucciones de los espectadores se vestían y desvestían, se contoneaban y desarrollaban toda aquella instrucción que el encendido navegante deseaba. En uno de esos chat´s conocí a Kevin y Michael, una pareja de chicos muy agradables de quienes me llamó la atención su aspecto latino, su piel tostada, sus facciones masculinas entre otras características que por lo menos a mi me ponían a mil.
Y bueno, comencé a iniciar una charla cargada de erotismo que se repetiría noche tras noche durante varias semanas. Mi presencia en el dichoso chat era tan marcada que mi nick era ya conocido perfectamente y la cercanía se hizo tan intensa que un día decidimos intercambiar correos electrónicos, iniciándose con ello una nueva etapa, el conocernos directamente. No se que fue lo que dio inicio a esta relación amical pero lo cierto es que con varios intercambios de emails, fui descubriendo la verdad sobre ellos. En el chat indicaban que era chilenos, mas tarde descubriría que su nacionalidad es de un país un poco mas al norte del Perú; que sus nombres no eran Kevin y Michael sino otros mucho mas hispanos y que mantenían desde varios años atrás una relación de pareja en la cual compartían la vida.
La cercanía de contacto se fue incrementando paulatinamente hasta que un día llegó la propuesta: Hey, porque no vienes a visitarnos aquí a nuestro país, la pasarás muy bien!!. Al principio la duda natural: ¿cómo podía viajar a otro país a conocer a gente extraña?, ¿cuántos riesgos puede traer ello?, las preguntas y dudas típicas de la formación católica (tema que desarrollaré en otro post) aparecieron instantáneamente. Pero, afortunadamente pudo más mi espíritu de aventura y como muchas veces en mi vida dije: al diablo, ¿porqué no?. A los pocos días me encontraba en pleno vuelo hacia el país de mis nuevos amigos, decidido a conocerlos y pasarla bien. Y que les puedo decir, no me arrepentí.
Tuve el placer de conocer a dos seres humanos formidables, a dos personas amables, atentas, educadas, de criterio amplio y abierto, una pareja de hombres que decidieron vivir abiertamente su amor, compartirlo todo y no dejarse llevar por moralinas absurdas, constituyéndose en el vivo ejemplo de que una relación gay estable y firme es posible y alcanzable. Con ellos pasé unos días fabulosos, conocí a sus amistades, su ciudad, sus costumbres, sus platos típicos, su calidez. Creo que fue una de la experiencia mas gratas de aquella época de mi vida. Mi visita aquel año, coincidió con la fiesta del día de las brujas, el 31 de Octubre, lo que motivó que tuviera que improvisar algún disfraz para estar acorde con la fecha. Al final me tenía a mi mismo con medio cuerpo pintado listo para salir a la disco de moda de la ciudad a “rumbear” como le llaman allá a salir de fiesta.
Lo demás fue una serie de visitas turísticas, charlas larguísimas, degustaciones de platos típicos, en medio de una ciudad cívica y ordenada, en la cual su gente aprendió muy bien que la única forma de vivir en paz es con orden, limpieza y respeto a los demás. Bogotá quedó grabada en mi mente como ejemplo de civismo y progreso.
Desde aquella época, M y G son parte de la muy reducida lista de mis mejores amigos. Y aunque generalmente soy un ingrato y no estoy muy en contacto con ellos, las veces que podemos hacerlo son oportunidades en que la amistad se renueva y solidifica. Ellos son hoy en día profesionales del Derecho y la Contabilidad, que mantienen una visión empresarial digna de imitarse, pero sobre todo ese carisma y don de gente que muy pocas veces se puede ver. Hace varios años que no los visito, pero, este fin de año e inicio del 2007 ha sido fijado como el momento en que todos nos volveremos a reunir en Bogotá, donde aparte de armar una gran rumba, podremos renovar los lazos de amistad que día a día han estado presentes. Nos vemos pronto Kevin & Michael.

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